(Este es uno de los poemas en los que intento imaginar lo que el género opuesto siente)
Ella era,
lo sé.
La razón de mi existencia
se reveló a mi en el instante en que vi sus ojos.
Desde entonces lo supe.
Quise detener el tiempo cuando
estaba entre mis brazos,
porque sabía que era ella.
Pasé los días más maravillosos de mi existencia
junto a ella.
La besé, la abracé,
le di todo lo que podía dar,
y aún más....
Todo mi amor, todo mi cariño,
todo mi ser;
porque sabía que era ella,
que la había encontrado,
que no tenía que buscar ya más,
que el cielo me había sonreído al mirarla.
Que lo que había esperado
por fin estaba ahí,
y era ella.
Y era para mi.
Pero la perdí.
Y ahora,
ahora no tengo
porque vivir.
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