aquí en la noche espesa y líquida
oigo pronunciar su nombre simple
aquel que le pusieron los árboles, las paredes y yo
que no podía callar con sus silencios y caricias
aquel que recorría mi voz aún sin palabras
que decía en los bordes:
soy una máscara de aire
flotando en el vacío espeso de mi alma
pienso, huelo y no siento nada
déjame flotando con donaire
así decía a tiempo de desaparecer en círculos
de pensar que era nadie y no sentía nada…
pero, existe y no puedo negar la humedad
de su travesía errante y peregrina
presiento y sólo así cabe imaginarlo
en sus rincones, en sus frágiles vagares
me busca, intenta conversar conmigo
decirme que no es sino un algo transitorio
que busca cumplir algo que no cupo en su devenir
por la vida, y ahora despojado de toda prisa ajena
es una palabra jamás pronunciada
un giro de sus manos
un adiós que suene a bienvenida
una fragilidad ya convencida
simplemente, un fantasma
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