Algunos creen que son grandes poetas
porque andan sin fieles directrices,
emborronan renglones sin recetas
y en el suelo coronan sus deslices.
Sin lógica deciden sus espacios
y ponen de cabeza las macetas.
A escribir con la mente son reacios
y tampoco florecen sus violetas.
Sus versos, sin recodo y sin camino
se escurren como espiga amotinada,
deambulan solitarios sin destino
y del arte rehúyen la mirada.
La poética en prosa no es desdoro
ni el verso blanco hecho con aliño,
pero es falta absoluta de decoro
en la adultez se escriba como niño.
Pelean sin espada y sin escudo
y al idioma fustigan con esmero,
al bien decir lo enredan como nudo
y al español lo tienen prisionero.
La ambigüedad en letras expresada
no es albergue de santos ni de diosas,
es doliente y triste mascarada
y esqueleto enterrado bajo losas.
Pido respeto... y estelar coherencia
y no escribir audaces enredijos
que la letra no rompa la paciencia
ni se pierda el poema en acertijos.
Escribir con belleza no es cinismo
y en ello cabe ávida la prosa,
no creas que es moderno aquel realismo
de confundir la espina con al rosa.
Que se ponga este abrigo tan propicio
el minero sin oro y sin veta,
el que sienta llamado a ser poeta
sin hacer de las reglas sacrificio.
Que se diga atacado en santa ira
el audaz, el mentiroso y el vencido,
el temeroso de tañer la lira
de los poetas que en el mundo han sido.
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