Por mas que finja lo contrario el cejo
nunca conseguiré mirar del todo
y satisfecho, resolviendo el modo
de escapar del peligro mi pellejo.
Salvando lo presente, mi reflejo,
que sabe acomodarse pronto al codo,
quiere salir airoso y sobretodo
sin usar ningún tipo de aparejo.
Y aunque no tengo amigos especiales
vivo mi soledad incomprendida
sin echar nunca en falta sus lecciones,
porque en las circunstancias habituales
después de convertirme en buscavida
no estoy para molestias ni sermones.
|