Fuera de todo escrúpulo presiento
que mi estado presente de congoja,
lejos de sujetar la cuerda floja
en un ambiente triste de tormento,
muy poco me limita el alimento
del que se nutre toda paradoja,
ni siquiera me enciende la luz roja
para escapar de tanto juramento.
Pero llevado por un sabio olfato
llenaré mis razones de alegría
en los momentos de mayor pujanza,
aunque jamás haré ningún contrato,
disimulando falsa mi osadía
mientras conserve viva la esperanza.
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