No soy cristal de roca ni soy nada
ni ciervo que en el bosque se decanta,
soy rayo belicoso que se espanta
al roce colosal de tu mirada.
Paso a paso construyo mi escalada
en aras de la gloria que amamanta
la sed infinita, a mi garganta
y al rumor que difunde la algarada.
Si soy pasión de amar… soy desenfreno,
soy razón de un minueto enamorado
y un águila sin alas sin escudo
y a veces tan ruidoso como el trueno.
Soy ariete y siervo consumado
que emerge venturoso desde el cieno.
|