Me gustaría desligar de penas
cuando fuera posible mi coraza,
sin tener que llevármela de caza
manteniendo en alerta las antenas.
Sin duda ya me temo las condenas
evitando me dieran calabaza,
porque sin fuerzas de ganar la baza
menos pondría a salvo mis melenas.
Y no tendría que esforzarme tanto
al tejer mi bandera de silencio
como fiel compañera de mis viajes,
pues si cubro mi fe con un gran manto,
de mis propios prejuicios me conciencio
retando a mis instintos más salvajes.
|