Hablar poco me libra del sofoco
de tener que explicar incoherencias,
que debido quizás a las herencias
me pudieran volver bastante loco.
Pues de pequeño ya venía el coco
arrasando con fuerza las querencias,
porque al considerarlas menudencias
en cuenta se tendrían mas bien poco.
Mientras que hablar sin tino perjudica,
y a la larga no vale para nada
sino logra en su contra el resultado.
Así quien no lo sepa siempre pica,
sobretodo si estando con su amada
se fuera a comportar como un chalado.
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