Hoy que inicias tan pesaroso viaje
como marchito lirio
en la sombra por siempre sumergida,
en el fugaz delirio
se va mi calma, se me va la vida,
cuando declinas tú… como el paisaje.
De luto visto el corazón herido
en la penumbra aciaga
al ver tus días destilar en gotas.
¿Qué quieres que yo haga?
Pues en mi sueño para siempre brotas…
¡Oh..! Copo maternal… en mi gemido.
Me diste el ser y la bondad sabida
y luego el infinito…
y de tu alma el portal de transparencia,
la vida que es delirio,
de tu mente la clara inflorescencia
y hoy me das el dolor de tu partida.
Quiero las penas que vertiera el llanto
y tu vencido cirio,
para sentir por siempre tu presencia
la voz de tu martirio
y perfumar con maternal esencia
el responso bendito de tu manto.
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