Vivir sin curre dudo que se pueda,
sin compartir las penas más amargas
al pretender amortiguar las cargas
de cuanto en nuestras vidas nos suceda.
Tal vez si un fuerte capital se hereda
capaz de sufragar las sobrecargas,
las crisis no serían nunca largas
aunque se devalúe la moneda.
Y de veras lo creo muy posible
si aquellos que se lucran sin prejuicios
hacen inútil toda resistencia,
como podría ser imprevisible
viendo fatal la cantidad de vicios
que nos marcan aquí la diferencia.
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