_Si yo fuese presidente
otro gallo cantaría._
Así mi amigo decía
con aire grandilocuente.
Le escuché atentamente
hasta que hubo terminado
y cuando le hube escuchado
con sarcasmo le espeté:
_Yo me pregunto por qué
en “si fuese” te has quedado.
Tengo también la certeza
de que otro gallo cantase
si en el gobierno mandase
con criterio tu cabeza;
mas por su naturaleza
gallo y gallo su canción
declaman sin compasión
tan temprano, tan temprano
que me despiertan, hermano,
con la mismita ilusión._
|