Esa mirada lo dice todo,
negra y profunda,
como la débil línea
que trazas con tus dedos.
Y en tu silencio elegido,
tu fantasía se enreda
con héroes y mazmorras,
con rimas ingeniosas y juegos
rítmicos y censuradores
que se van grabando en tu cerebro.
Y en tus hábiles manos
mueves con destreza el cuchillo,
presto a mezclar tomates
con los más extraños elementos.
Y en tu desaliñado cuerpo
se mueven tus firmes líneas,
balanceadas por el viento.
Y en tus colores,
esparcidos en mil papeles
que ha amarilleado el tiempo,
está tu más pura esencia,
irisada, como tu sonrisa,
amplia y sincera,
sincera e infinita…
infinita, como tus sueños.
De "El desván sin telarañas" - 2010
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