Seguro quedaría sorprendido
si me viera en la boca del infierno,
por lo pronto y de buenas a primeras
pagando sin sentido mis pecados.
Pues a saber de cuáles soy culpable
y libre los cometa por narices,
logrando beneficios a lo tonto
que jamás con el pueblo los comparta.
Si nunca me planteo mi futuro
tratando de vivir en el presente,
dudo que el cielo al fin me preocupe
sin amasar insólitas fortunas
de las que mucho disfrutara a tope
tanto que hasta mi mente las evita.
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