A veces cuando veo la imprudencia
dejo que la razón avance un paso
y de primeras haga su repaso
en aras de una tenue transparencia.
Pues no quiero halagar la prepotencia,
mía en particular ni en ningún caso,
también diría del primer payaso
que no logre ocultar su indiferencia.
Porque mucho detesto la arrogancia
lejos voy del fulano que provoca
sin cesar semejante sentimiento,
al tiempo que procura su ganancia
que bien alerta mantendrá su boca
sin más prejuicios en cualquier momento.
|