Que sola y vacía,
está hoy mi pizarra,
aquí te dejo un beso,
por si alguien entra,
o quizás a tu vera pasa.
A veces los poetas,
enredados en su vida,
olvidan esta casa,
solo acuden a ella,
cuando el corazón duele,
o si la mente se cansa.
Tú, siempre nos esperas,
nunca pones mala cara,
dejas que te digamos todo,
el nuevo con su carga,
el que entra buscando calma,
el que se despide y marcha.
No sabes como te quiero,
y como me gusta leerte,
aunque yo no deje palabras,
gracias a tí, sé de ellos,
y como se siente su alma.
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