No quiero celebrar mi aniversario
en esta soledad por mí apreciada
antes de que mi cuerpo en su escapada
me responda del sueño mercenario.
Porque haciendo en mi mente un inventario
de toda aquella rabia acumulada,
poco saldrá de mi moral callada
que me haga parecer un presidiario.
Ni quiero alimentar mis vanidades
empujando el impulso a toda costa,
al descuidar la lucha en su declive,
¿pues quién me asistirá con sus bondades
a conseguir la más cercana posta
sin que del cuerpo todo se me prive?.
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