Y me suele ocurrir con los deseos
que siendo reprimidos sin cabeza,
casi nunca compruebo con certeza
qué motivos esconden mis mareos.
Mientras los pensamientos y cabreos
mostrando su mayor delicadeza,
estrellan por los aires su tristeza
llenos de rabia y muchos devaneos.
Ahora veo lleno de añoranza,
como al desenterrar aquellos sueños
de la realidad sencilla y plena,
aún me sobrecogen la esperanza,
de si el llevar a cabo mis empeños
me animasen la vida ya sin pena.
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