No es fácil de pensar, si en vez de humano
hubiera sido piedra, la más dura,
si no, fiera salvaje, ¡qué aventura!,
yo me lo digo todo de antemano.
Cuando a menudo me pregunto ufano
si fuera yo el que sufre la atadura
de arrancarme la vida sin dulzura
bebiendo la cicuta tan temprano.
Porque mi desgobierno sobrepasa
sin límites estados y fronteras
rigiendo sin piedad mis cometidos,
viendo la vida como pura guasa
al temer de mi mano las barreras,
una de dos mis sueños más temidos.
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