Ver el mundo en un grano de centeno
y la vida girando a su manera,
no sería quizás una quimera
para quien sienta pánico del trueno.
Pues mientras nada le resulte bueno
porque vea muy lejos la frontera
que le niega besar a su bandera,
podría suponerle un cruel veneno.
Si dormir no se puede agradecido
sufriendo a diario tantas injusticias,
a veces sin saber las circunstancias,
puede que uno se sienta retenido
entre tantas secretas inmundicias
donde nunca se aprecian las ganancias.
|