Sobre mis pies absorto siempre quedo
cuando la luna en soledad me mira,
podría ser mi rostro que delira
al verse sólo víctima del miedo.
A veces un descanso me concedo
observando que presto se retira,
quien a mi costa mogollón respira
por juzgar como salgo del enredo.
Hasta puede que goce buenos ratos
sin sentirme culpable ya de nada
de cuanto hoy suceda en el planeta,
tal que siendo enemigo de maltratos
siempre que puedo evito la manada
y sin quejas empujo mi carreta
|