Aquí, donde la retina de la razón nunca podrá penetrarlo
y ningún docto, ningún ignorante dedo puede señalarlo.
Aquí, en el pasado, el presente, y el futuro,
sin saber o sabiendo, intuyendo o rechazando,
de cara o huyendo. Viviendo, nosotros, ¿nos imbuye,
nos cede el ejercicio de averiguarlo?, ¿también, el de negarlo?
Existe.
¿Él, que existe. El que existe?
Ayer. Cuando la gramática no era.
No sabíamos de género, complemento, puntuación, tiempo… Existe.
Cuando era mímica, impotencia en la naturaleza, digitalizada piedra,
horizonte fecundo, fundido de cielo, tierra, muertos y vivos.
Cuando era, impresión. Genuino respeto,
sana necesidad, adoración ignara.
Hace mucho tiempo, cuando compartimos cuna con los animales.
También, éramos. Aunque aún no deletreáramos
la palabra Misterio… Existe
Mañana. Serán otros, no yo, los que digan:
“De la invisible impronta,
solo una huella, cubre nuestra historia entera”.
Cuando los tú, y yo, de ahora mismo, no respiremos…Existe.
Cuando futuro sea, una palabra malgastada,
llena de mortales temores, sensatamente sabia
de que no será, para ti, ni para mí.
Existe. Siendo, para los que nos continúen.
Cada vez más pleno de búsqueda humana,
de interrogantes, de respuestas, de avances.
De estudios, reflexiones, escritos, oraciones, silencios,
todos para Él, todos por Él.
Nos infunde medios, y somos, sorpresa avanzando.
Cada vez más plenos, más perfectos, más poseedores…
Mientras se vacía, de activos y pasivos, directos e indirectos.
Y se vierte, entre lenguas que lo aman, idiomas que lo expresan,
mentes que se entregan, corazones que se rinden,
Sin poder evitar, hacerlo preso de sus reglas.
Existe. Y no hay brújula que sirva, ni invención que lo alcance.
Por eso nos aferramos a referencias.
Existe. ¿Él, que existe. El que existe?
Necesitamos apelativos, Existe… En la pobreza de estas letras.
Donostia. 17-3-2010
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