Porque amo sin prejuicios la distancia,
como si fueran hoy mis propios huesos,
huyo de los profetas que confesos
tanto se esfuerzan en obviar miinfancia.
Como huyo de los ritos más espesos,
así también de toda militancia,
que tal vez pueda oler bastante rancia
para encima cargar con tantos pesos.
Y mira que me alejo de problemas
cuando los veo aparecer de frente
y con tiempo me quito de la vista,
quizás recomponiendo mis poemas
si me conviene parecer valiente,
según mi juicio vaya de optimista.
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