Educación e insólitas maneras
necesita el salvaje que maltrata
cada vez que golpea con su pata
a quienes dice son sus compañeras.
Y que por siempre ondeen las banderas
allá donde hasta el viento se desata,
pero donde en ningún caso se mata
ni a quien por vicio roba las carteras.
Porque a golpes a nadie se maltrate
en detrimento de su propia vida,
si a cambio no recibe sus castigos,
pues habrá que romper el acicate
que evite el disfrute de la herida
y en la cárcel se vea sin amigos.
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