Donde falta una buena previsión,
ya dicen con razón los precavidos,
y añaden que si estás desprevenidos
seguro faltará la provisión.
Y al refrán no le falta su razón
porque una vez los níscalos perdidos
los retos ya los damos por cumplidos
viendo que no nos llega la ración.
Y es que vive siendo consecuente
sus posibilidades acomoda
a lo que suceder siempre le pueda,
porque plantará cara al presente
estando bien atento a su pagoda
para seguir el hilo de la rueda
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