Aunque me cubra todo de razones
rechazo la explosión de sentimientos,
revelada a raíz de los momentos
en los que se demuestran las tensiones.
Porque puedo gozar de las visiones
tratando con cariño mis lamentos,
pero siempre me faltan argumentos
que al tiempo justifiquen sus pasiones.
Pues soy el hijo inocente y despiadado
que fatiga sus pies en lo infinito
buscando revisar su afán y aplomo,
tanto que siendo el único afectado
lejos de reclamar el finiquito,
con la misma cuchara me lo como.
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