Retorno,
en búsqueda insaciable de verdades,
en la nueva mañana,
fría sin el calor de tu aliento,
recrudece el hartazgo
de un sin fin de mentiras
catapultas al mundo,
perdido en la mezquindad de este instante,
que no satisface el deseo.
Hurta una pizca de tiempo,
grabada en mi retina,
atesorando el recuerdo de caricias,
de mañanas, de crepúsculos,
aunado al esquivo,
de una mirada socarrona,
que destila indiferencia,
que cual bruma desdibuja mi sonrisa,
en macabra realidad,
de un mañana que no es,
de un pasado que no cambia.
Conformados a sueños,
que sollozan en rincones de esperanza,
donde mil amaneceres
no encubren los dolores,
que entre clamores de oro,
destellan fulgores
en la soledad sin ti de mi alma.
Causas que socavan el pensar,
ahondando en recovecos,
maraña de estructuras,
que enredan tontamente,
los recuerdos, los amores ...
que reviven en sábanas negras,
de penumbra y soledad
Y Soledad y Dulce
es mi nombre desde tiempo indefinido,
ácido láctico se acumula en mis miembros,
sin movimiento, ni inercia,
lejanos sin tu voz,
mortal y caótica palidez,
sin ti .
El dolor de calambres no oculta mi dolor por ti,
solo gritos desgarradores consuelan las nubes,
que miran desde lo alto,
un punto que emana angustia,
sigo porque no puedo parar,
enfrento, porque acorralado estoy,
la realidad de un hoy sin ti,
sabré esperar, aspirando el segundo vivido,
tiempo muerto, materia que absorberé,
en mi guerrear hacia ti,
aunque este amanecer me prive tu presencia,
y esta realidad me suma en tu recuerdo.
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