Aporte sustancial de angustias solas
me regaló audaz el pensamiento
al sentir a Japón en un momento
disuelto en terremotos y en las olas.
Con sus ojos oblicuos los nipones
si están vivos, sus lágrimas derraman,
si muertos, con el sol también se hermanan
y cubren con sus cuerpos los panteones.
Surgieron muy enhiestos de Hiroshima
cuando Truman causó el holocausto.
Nagasaki brindóles el disgusto
del bombardeo que a la mies lastima.
Hoy se levantarán del maremoto
con flores de cerezos renacidas
y a sus vidas traerán… las nuevas vidas
del proverbial tesón… la flor de loto.
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