Paseé junto al río,
aspirando madreselva,
lloré a escondidas,
por la misma ribera.
Caminé sobre aguas,
claras y turbulentas,
subí esperanzada,
nuevos riscos y veredas.
Aprendi con todo ello,
que tras el esfuerzo,
resurge lo mas bello,
y el descanso llega.
Han pasado los años,
de mi particular guerra,
en serenidad aprendida,
me concedo una tregua.
Mientras no hay lucha,
ni conmigo, ni con otros,
no tengo que esconderme,
en una nueva trinchera.
Vuela mi espíritu libre,
de paz y alegría llena,
camino oliendo jazmines,
cubierta de besos,
con una vida plena.
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