Y mientras la pasión destruya el beso
convirtiéndose rápido en presente,
¿quién cuidará mi soledad naciente
cuando no haya camino de regreso?.
Si a caso yo aprendiera a huir ileso
entreteniendo el ánimo consciente.
¿Quién podría nadar contracorriente,
logrando disfrutar de verse preso?.
Pues nada como darse tiempo, cuenta,
que levantar la vista por los aires
te proporcione sin igual venturas,
al conseguir salvarte de la afrenta,
al reparar el daño con donaires
sin tener que rasgar las vestiduras.
|