Dentro de tu vientre oscuro
estalla un socorro a gritos,
dentro de tu vientre, mitos,
leyendas, corazón duro.
Dejadme, el suelo impuro,
abrirlo para salvarles;
yo quiero poder mirarles,
quiero saber sus apodos,
conocer sus nombres todos
para en la historia guardarles.
En zanjas de tierra seca
vuestra vergüenza se oculta,
vuestra miseria me insulta,
para un creyente se peca.
Mas ya la verdad defeca
vuestro acto criminal;
aquella gente leal
que en las fosas ocultasteis,
aquellos que así enterrasteis
descansarán al final.
Quieren sus huesos salir,
quieren romper las entrañas
de las cunetas extrañas
donde fueron a morir.
Ellos querían vivir
y les quebrasteis la vida.
En sus hijos esa herida,
todavía supurando,
no ha de cerrarse hasta cuando
hallen la fosa perdida.
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