Quiero ser tu razón, tu fe, tu ideario,
y tu noche tal vez más desolada
la ilusión para ti desesperada
y en tu pecho un sagrado escapulario.
Tus lágrimas besar así a diario
con la boca sutil y decantada,
tu rústica pasión en la alborada
ensartar en las cuentas del rosario.
Cumplida la ilusión de este momento
en el pesar de mi rosal umbrío
será mi fatigada pesadumbre
la ronda seducida por el viento,
el altar del dolor que yo expío
y de amarte la fe y certidumbre.
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