Posterior que la tormenta
abata de voraz roció mis huesos,
y se juzguen mis restos necesarios
entre gusanos.
Justo y aun cuerdo,
forjo mis frondosos
testimonios para ti.
Que me albergas
con tus fieles calaveras de pasado,
y así estando tan lejos,
aun sucedes
hecha fe en mi corazón devoto,
insistiendo a mi esqueleto
en asistir a su última morada.
Desde que desapareciste,
ya parece no hábito,
mis pasos pausados,
mi tacto muerto,
estos ojos que miran al vacio,
¿porqué dime cómo?,
¿como respirar sin ti?,
si te has llevado mi olfato de vivir,
y es solo otra tonta cualidad de sentir,
ya sin ti,
mis nubes sin cielo,
mis estrellas sin brillo,
mis sueños sin sueños,
¡por dios!, sin pesadillas,
mis palabras sin letras
mucho menos con significados,
(o insignificantes)
mi libertad en calabozos mentales
mi agonía marchita,
mi extraña forma de ser
mi música enmudecida
(por no decir sorda)
mi luna oculta,
mi último reflejo,
etc.etc…
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