Quizás hoy no me pesa el optimismo
siempre que arrojo llevo en mi cartera,
tanto que hasta lo llevo por bandera
en mis peores actos de egoísmo.
Y no miento si caigo en el altruismo
portando mi virtud en bandolera
al alcance de quien tomar lo quiera
para el uso y disfrute de sí mismo.
Será que al disponer de doble cara
nunca lo cortés quita lo valiente,
algún día brillante, otro apagado,
pero nunca detrás de una mampara
escondo mi futuro ambivalente
como si ya estuviera aniquilado.
|