Frente a frente y expectantes
enardecidos y sofocantes
muestran nuestros cuerpos
la sed de amor del momento.
Abrazos que me subliman
brazos que se entrelazan
y golondrinas tus manos
que se posan en mis nalgas.
En mi jardín de amapolas
entraste casi en silencio
plantando tu señorio de truhán
que cautivaron mis sentidos.
Cuerpo y piel, afán y deseo
saciando con tu volcán
mis encendidos encuentros.
Ya en el lecho y sin cobijo
tu voz susurrante y anhelante
requiebros hace a mi pecho.
Tu aliento en mi cuello arde,
mis manos buscan las tuyas
mil caricias, un recuerdo
y un suspiro que agoniza.
Dormitamos abrazados
entre placer y ternura
yaciendo enamorados
con el Cielo por testigo.
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