En los duros encuentros de la noche
la densa oscuridad aplana sentimientos
y se pertrecha de dudosos horizontes,
de mística,
matices de santos heridos,
de rezos y cantatas que mutilan.
Aparecen las viejas glorias
de forma oportunista
adorando los opacos mitos ancestrales,
los tópicos cansinos, fraudulentos.
Se juntan la prudencia y el miedo
para confundirlo todo,
robando a la razón
su luz y su armonía.
Pero ¿Dónde está el límite del miedo?
¿Dónde está?...
No lo saben las rosas,
tampoco los sauces llorones,
ni siquiera los delicados lirios
porque el límite está ahí,
inerte,
acechando las metas,
las razones de corazón,
las ilusiones
y todo aquello que se mueve
¡alrededor del hombre!
(Con inmenso cariño a mi Querido amigo Julio Serrano Castillejo, poeta de honor y ternura, caballero de letras y de arte)
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