Noble deidad de mágica belleza
hablemos del amor… serenamente,
de flores, de ilusiones y la suerte
que turba del honor nuestra cabeza.
De los tiempos, de toda tu entereza,
del amplio surtidor de aquella fuente,
y luego sin querer… y de repente
del suave resplandor de tu franqueza.
Hablemos de tu rostro peregrino,
del limo de tu fuego somnoliento,
del himno que me das en la vertiente.
Hablemos del crisol de tu camino,
del hálito fugaz que da tu aliento…
del beso que nos dimos… largamente.
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