¿Quién alimenta mi olvido
y tortura la memoria?
¿Quién me subió en esta noria,
rueda eterna que he vivido?
Intrigante ha perseguido
los recuerdos de mi vida
hurgando, cruel, en la herida
de mi cabeza cansada.
Lejos vuela mi mirada
entre los años perdida.
Minuto a minuto vivo
en mi pregunta obcecado,
mi pensamiento cansado
es de otro tiempo cautivo.
Hora se esconde, furtivo,
en el rincón de un segundo.
Se ha transformado mi mundo
en un desierto de arena,
el olvido es mi condena,
el recuerdo es moribundo.
Me veo en mis años mozos
a una novia cortejando,
y me veo yo cantando,
veo risas, veo gozos.
Mas me sumerjo en los pozos
oscuros, fríos, profundos,
en minutos infecundos
de las horas más cercanas.
Así paso mis mañanas,
así vivo mis segundos.
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