Hoy brindo por el vino
y los pasillos dulces de su aroma,
por el verde de un camino…
por un nuevo amanecer
y el salmo virginal que bien se inmola.
Brindo por lo que tuve bien… del vino
en las doradas viñas
y que al vergel se asoman…
de mi glorioso despertar divino
cuando pude paladear
las uvas mas tempranas del destino.
Y hoy brindo por el sol de mis quereres:
la dulce nitidez
de aquellas mil quimeras…
de mi jardín de rosas
donde supe encontrar
la fiesta prenupcial de mis ayeres.
Lindas hembras, risueñas,
que encendieran la luz de Zoroastro,
brindaré hoy mi canto…
bagaje de ultramar,
de un muchacho que vio entusiasmado
al sacrosanto surtidor de sus placeres.
Si hoy degusto el vino
me disfruto también de los quereres;
jardinero de flores
soy también poseedor que persevera,
cultor de las fugaces
entre bosques, damas y lebreles.
Hoy brindo por la vid,
por las fuentes, por risueños y castos
valladares, por ti, por albas copas
del juego de cristal… de aquel ambiente
de auténtico deleite…
de vino, blancas rosas y mujeres.
Así deleitaré
para tus uvas, pétalos y tiestos
en la piedad rumbosa
del subsidio sagrado y eficiente
de aquel jardín de oriente
entre tus risas mozas… y tus besos.
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