Sembré de azucenas tu cintura
enarbolando besos de algodones
para decirte en silencio que te quiero
y regalarte el cielo que no alcanzo.
Quise atrapar la luna entre mis manos
aunque morir me cueste ese deseo
para con ello honrar la primavera
que se resiste a mostrar su cara bella.
No regreses al miedo que te acecha,
no mendigues amores ya pasados,
no te asustes por ver lo fracasado.
Es tan duro besar con desconsuelo,
tan triste soñar sin esperanza
que prefiero rendirme a tu añoranza.
|