Que los parlamentarios, madre ma,
se dejen de una vez de cobrar dietas,
humillantes e inslitas recetas
por las que se desata mi irona.
Pues creo yo que nadie pensara,
que por hacer su tajo, estos jetas
se transformen en srdidos profetas
cuando ni dicen, esta boca es ma.
Mejor la democracia, que la loca,
prfida y tan terrible dictadura,
que nadie tenga dudas, por si acaso,
aunque mentiras salen de la boca
de todo aquel que siendo cara dura
en las Cortes acta de payaso.
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