Ha vuelto del tirón la dictadura
desmantelando nuestras voluntades,
al ver que el corazón en dos mitades
no sabe convivir con su amargura.
Pues superar tendría con premura,
sin sentir el dolor, barbaridades,
que una tremenda panda de animales
hoy pretenda paguemos la factura.
Y los antecedentes ya se olvidan
aunque el pariente siga en la cuneta
pendiente aún del más honroso juicio,
tanto que sus congéneres liquidan,
matando mogollón con la hipoteca
a todo aquel que antes no pierda el quicio.
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