Cómo me gustaría siempre hablarte
mujer bella del campo y de las flores
de mágicas estrellas de colores
mientras tanto pudiera agasajarte,
de besos y venturas rodearte,
dejando al descubierto mis amores
y sin duda mis sueños seductores
desde donde poder enamorarte.
Dudo quien adivine si algún día
nuestra emoción a solas se despierta
tratando de salvar su compostura,
si estás en mi memoria todavía
teniendo siempre el corazón alerta
a punto de caer en la locura.
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