Me atormentan terribles pesadillas
al ver como discurre mi presente,
egoísta, inseguro y deprimente,
que ganas da de huir quinientas millas.
Puede que ya me duelan las costillas
y no rule a propósito mi mente,
tanto que no vislumbre el aliciente
que con salud mantenga mis rodillas.
Porque sin darme cuenta a solas llevo
largo tiempo husmeando desperdicios
por todas las esquinas del planeta,
como si degustar quisiera el cebo
que de sobras cubierto de prejuicios
boca arriba me tiende su receta.
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