De la roja me siento yo orgulloso
porque ganaron con tesón la copa,
por más que nos la metan en la sopa
y natural parezca ya su acoso.
Porque ganar resultaría hermoso
sin juzgar los colores de la ropa,
ni siquiera al rival con quien se topa
aunque vestido venga con piel de oso.
Qué duda cabe amigos de faena
que el deporte levanta las pasiones
más subterráneas del mundo entero,
pues quienes más se esfuerzan en la arena
fácil consigo arrastrarán legiones
sin que nadie les ponga ningún pero.
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