Que no tiemble tu pulso por la senda
marcándote el mejor de los caminos,
mientras que tus cimientos alcalinos
no resistan enteros la contienda.
Pues mucho más conoce aqueste menda
a quien ya no le asustan los espinos
ni tampoco los báculos divinos
que hasta puede que portes en tu agenda.
Fuertes hemos de ser a cada instante
sin esperar ayudas por el morro,
aunque hubiese razones convincentes,
pues puede que resulte sofocante
verse obligados a pedir socorro
siendo a la par culpables e inocentes.
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