Apoyando la vista sobre el suelo
hoy me mantengo solo ante mi barro
y como puedo siempre ya me agarro,
ocultando el orgullo de mi anhelo.
Y como si batiese un vano cielo,
pugno también por subir al carro
salvando a duras penas el cotarro
sin poder evitar el desconsuelo.
Pero soy consecuente de la brega
que mantiene la historia a implicarme,
entendiendo que desde ese soporte
la vida simple cambio de talega,
cuando no haya temor a equivocarme
porque apenas si charlo por deporte.
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