Y aunque fuera ni más ni mucho cierto
que te tengo un lugar privilegiado
cerca del sueño más afortunado,
nadie diría que no soy experto
en pretender llevar así a mi huerto
todo acontecimiento delicado
por mucho que se muestre complicado
llegar alegre a salvo y a buen puerto.
Quizás nunca maldiga nombre alguno,
pero tampoco niego refugiarme
detrás del pensamiento malicioso,
lamentando pellizcos de uno en uno
que a la vez de olvidar y relajarme
me sacan de ese mundo bullicioso.
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