Hoy debo confesar mis condiciones
cuando al necesitar de una sirena,
encontrar no lograra en la arena
un milagro repleto de razones.
Pero pronto preví sus intenciones
más allá de mi vida sin cadena,
que sólo la concordia me serena
y me ayuda a tomar las decisiones.
Seguiré entreteniendo mis ensayos
más allá de este mar y de este cielo
antes de que la vida se me vuele,
ante la sinrazón de los lacayos
al esquivar miradas sin consuelo
que siempre es lo que más destroza y duele.
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