La justicia se ceba
con el más desgraciado estoy seguro,
contigo que te callas tras el muro
mirando al que a los cielos en pecado se eleva.
Y ya no me refiero al que borracho se atreva
a pregonar de gratis su futuro
porque el destino vea muy oscuro
encerrado en su cueva,
sino a quien con sobornos garantiza
que las leyes hoy día se firmen a la carta
usando sin temor la democracia
cuando en los plenos siempre la sinrazón se atiza
viendo los intereses de la tarta,
eso sí, con bastante humor y diplomacia.
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