-¿En qué le puedo ayudar?
-Pues verá usted, lo que pasa es...
-No se preocupe, no volveré a preguntar.
-Usted lo sabe, es deshollinador de penas y males.

-Claro, soy en ello simplemente el mejor.
-¿Y en dónde estudió usted para eso?
-¿Y a qué viene en usted tanto temor?
-Quiero salir de esta negociación ileso.

-No parece ser un cliente común.
-Ni usted un profesional conocedor.
-Es su punto de vista, porque según...
-¡Nada de discursos, ni argumentos de vendedor!

-Sirvo a músicos, artistas, escritores y poetas.
-Aún no estoy muy convencido de usted.
-Siempre digo la verdad, no recurro a tretas.
-¿Cómo dijo que se llama usted?

-Inocencio Librado De La Peña.
-Pues mucho gusto, ya se puede retirar;
-Aún no he deshollinado sus penas.
-Para eso, no necesito más que bien suspirar.

Raff